Tuesday, January 20, 2009

Una Alternativa

La Prohibición y una solución alternativa

El 16 de Enero de 1920, hace ochenta y nueve años el gobierno de Estados Unidos prohibió el uso y producción de bebidas alcohólicas. Esta prohibición duro hasta el año de 1933 cuando en medio de una depresión económica sin precedentes la ley que estipulaba esta prohibición fue eliminada. Estos trece años son conocidos como la era de la Prohibición y coincide con los “pujantes veintes”.

La ley de prohibición tenia origines en las organizaciones moralistas y religiosas en Estados Unidos, herederas del espíritu puritano de las sectas protestantes americanas. La intención era buena, eliminar los estragos del alcohol, el cual era usado y abusado por la sociedad americana en todos sus niveles y edades. A esta prohibición total se le llamo el “noble experimento”. La venta, comercialización y consumo de todas las bebidas alcohólicas, incluido el vino, la cerveza, los “espíritus” alcohólicos mas fuertes fue totalmente prohibida por la ley. Muchos esperaban que estas medidas mejoraran a la sociedad y evitaran el abuso.

Pero la experiencia nos dice que el resultado fue diametralmente opuesto. Por un lado no hay evidencia que el consumo se redujo. Simple y sencillamente la producción se traslado a Canadá y México, en donde la producción y consumo eral permitidas. Esto resulto en que el contrabando de licor se convirtió en una floreciente industria derramando millones de dólares en ambos lados de las fronteras. En Ciudad Juárez México, las cantinas se multiplicaron y llegaron a una época de apogeo. Muchas grandes fortunas se hicieron en aquellos tiempos y muchas encumbradas familias de millonarios locales deben su prosperidad al tráfico y comercio ilegal de alcohol a Estado Unidos. Nacen en aquellos tiempos la Avenida Juárez y la calle Mariscal como centros de vicio y diversión.

En Estados Unidos el resultado fue que criminales y gángsters como Al Capone, “Bugsy” Moran y otros hicieron fortunas en el trafico ilegal y construyeron imperios criminales. En vez de la mejora social que la prohibición intentaba, el resultado fue el vicio, asesinatos, contrabando y el florecimiento general del crimen, incluyendo el nacimiento de la Mafia como organización. Familias como la de los Kennedy obtuvieron sus fortunas de esta manera. Es la época de las ametralladoras (las famosas Tommy Guns), Bonney y Clyde, los “speakeasies” clubes clandestinos de venta y consumo de alcohol, las “flapers”, la masacre del dia de San Valentín y la música de Charleston y “Ragtime”.

Finalmente, ante la depresión que demandaba el uso de recursos económicos de maneras más emergentes en vez de pelear una guerra sin fin, exhaustos ante la ola criminal, los americanos decidieron legalizar nuevamente el alcohol.

Algunas cosas no cambian o como dirían los romanos “no hay nada nuevo bajo el sol”. El día de hoy México vive su era más sangrienta y violenta desde la Revolución Mexicana. Miles han muerto en una ola de crimen sin precedentes. Y no solamente el asesinato, sino que arrastrándose como pestilente cola de cometa, el narcotráfico trae tras de si otros crímenes; el robo, el secuestro, la violación.

¿Y cual es el origen y raíz de esta situación desoladora? Dos factores: primero, el consumo voraz de drogas por parte de los norteamericanos e inclusive de europeos. Segundo, la prohibición de consumo y comercio legal de drogas.

El consumo de drogas no es nada nuevo. Hubo tiempos en que la cocaína y la marihuana eran legales (La Coca-Cola tiene su nombre por que la Coca era un ingrediente original). No necesitamos estar de acuerdo con el consumo de drogas para reconocer que millones lo hacen y continuaran haciéndolo. ¿Deben los gobiernos prohibir el consumo? Es una pregunta difícil, pero veamos la situación del alcohol y el tabaco. En ambos casos se trata de substancias altamente dañinas si se consumen en exceso. Sin embargo no hay un tráfico ilegal de alcohol desde que se termino la prohibición en 1933 y el consumo del mismo, aun cuando siempre tiene personas que lo abusan, no amenaza la fabrica de la sociedad. Tanto el las bebidas alcohólicas como el tabaco son regulados por medio de impuestos, tarifas y leyes comerciales. Apuesten que si tanto las bebidas alcohólicas como el tabaco se prohibieran totalmente, pronto tendríamos un floreciente mercado negro.

La prohibición del consumo de drogas en Estados Unidos y las famosas “guerras contra las drogas” ha sido un fracaso total. Miles de millones de dólares se han gastado y miles de victimas han muerto en estas guerras. Hoy más de un millón de americanos, principalmente minorías, están en la cárcel por tráfico de estupefacientes. Casi la totalidad de la sociedad negra americana es dependiente en el tráfico de drogas para sus ingresos económicos. Miles de millones de dólares son intercambiados cada año en el tráfico ilegal.

En México es de sobra conocido por todos cuales han sido los resultados de la guerra a las drogas. La verdad es que los gobiernos de Estados Unidos y México no tienen ni los recursos ni la voluntad para ganar esta guerra. Los americanos no dejan de consumirla y los mexicanos no dejaran de traficarla mientras estas condiciones existan.

Hace algunos años no habría dicho esto, pero la única solución lógica el día de hoy es la legalización de las drogas. La única solución al consumo es la educación y la presión social y moral de las familias para que cada uno evite el consumo o el abuso. Así como el consumo del tabaco y el alcohol son limitados ante la presión social y ante los estragos naturalmente resultantes del abuso, así también las drogas como la marihuana y la cocaína será regulada naturalmente por la fábrica social ante su legalización. En México la importación y exportación de drogas debería de ser legalizada y regulada como cualquier otro producto.

Siempre habrá abuso, y las drogas seguirán dañando a personas, pero es lo mismo con alcohol y el tabaco. ¿Cuál es la diferencia?

La alternativa es continuar el camino de la violencia y la futilidad.

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