Friday, March 23, 2007

La Gran Estrategia


Cualquier revisión muy superficial de las noticias, películas, programas de TV, o sea, de los medios masivos de comunicación en general, nos dan un claro esquema de la Gran Estrategia que estos medios nos inculcan e indoctrinan diariamente, a todas horas. Como dice el lema de una cadena televisiva de noticias, “todo las noticias, todo el tiempo”. Y es que los medios masivos en general, pero particularmente la televisión, se ha convertido en el medio de culturización más importante para las masas. Es por medio de la televisión que la mayoría recibe su dote diaria de noticias, es por medio de la televisión que los niños son entretenidos por esta virtual “niñera”. Es la televisión la que presenta y determina los valores morales de nuestra sociedad. Lo que en otros tiempos fue la Iglesia o la comunidad es ahora suplantado por el tubo del televisor. Y es la televisión en gran parte, junto con los otros medios, los cuales están indoctrinando a la población a la aceptación de una nueva moral, fundada no en la herencia judío-cristiana, sino en los “valores” de la elite mundial actual. ¿Cuáles son estos “nuevos valores”? en seguida revisamos los más prominentes en esta promoción incansable para hacerlos más aceptables a la población, los puntos estratégicos de la Gran Estrategia:

· La homosexualidad: La población homosexual del mundo es pequeña. Se ha estimado que no mas del 2 por ciento. Esto incluye a hombres homosexuales y a mujeres lesbianas. Es obvio que la homosexualidad es una actividad estéril y contra la naturaleza humana. El cuerpo masculino no fue creado para sufrir la penetración anal, un acto extremadamente insalubre y violento. El cuerpo femenino por su parte no tiene la capacidad de auto-reproducirse sin la semilla masculina. Y sin embargo este punto se ha convertido en la vaca sagrada de los medios. Se ha llegado a extremos en Estados Unidos y en Europa en donde cualquier palabra, escrito u oral, que critique la homosexualidad, esta considerada como un “crimen de odio” y penalizado severamente hasta con cárcel. Se le han dado a ese 2 por ciento de la población derechos y protección especiales para su “estilo de vida”.

Podemos ver como en el cine y la televisión se promueve la homosexualidad por medio de integrar a caracteres homosexuales dentro de los argumentos dramáticos de películas y series. Siempre se ilumina de una manera favorable. Siempre el homosexual o la lesbiana serán presentados como personas agradables, buenas y de gran corazón. Su estilo de vida nunca será criticado, al contrario, será presentado como normal. En contraste, cristianos, católicos, o cualquier otro grupo que se atreva a criticar este “estilo de vida” será presentado de la manera mas negativa, como intolerante, vindicativo, hipócrita, malo.

Todas las sociedades humanas desde tiempos remotos han considerado la homosexualidad como una actividad inmoral. Inclusive los griegos y los romanos, los cuales practicaban la pederastia, nunca incluyeron las relaciones homosexuales como practica de matrimonio o de familia. Nuestra tradición judío-cristiana es muy clara en el repudio a la práctica homosexual como desordenada y como una afronta a Dios, como una abominación.

Como en todos los pecados, no se rechaza al pecador. Las personas de orientación homosexual sufren de una condición psicológica que pervierte su verdadera identidad sexual. Es digna de gozar de todos los derechos inherentes a su dignidad humana. Pero no tienen derecho a imponer a la sociedad como practica normal y aceptable, su perversión moral que resulta en relaciones sexuales abominables e infértiles. Debemos amar al homosexual, pero rechazar su práctica. Menos de exigir que las iglesias, sobre todo la Católica, les den “derecho” al matrimonio. El matrimonio cristiano es solamente entre un hombre y una mujer. Cualquier otra “opción” es imposible ante Dios.

Llegara el tiempo, casi es seguro, en que los “matrimonios” homosexuales sean reconocidos. Es indudable que la sociedad se mueve a pasos agigantados para ese rumbo. Es, pues, una realidad que las minorías cristianas de las diferentes iglesias y denominaciones, tendrán que resistir de una manera pacifica, pero determinada, las exigencias tanto de la sociedad, como de los gobiernos que ya están imponiendo sobre sus poblaciones, los “derechos” de homosexuales y lesbianas. Tendremos que separarnos como los antiguos cristianos se separaron de la decadente sociedad romana.

· El aborto: En Europa el aborto esta generalizado y permitido desde la concepción, hasta los últimos días del embarazo. En Canda y Estados Unidos su aceptación es ya generalizada, aun cuando todavía hay oposición. En México se dan los primeros pasos para su eventual legalización. Ahí tenemos el ejemplo mas claro del poder sobre el que no tiene voz. El homicidio de infantes en el vientre materno es uno de los crimines mas infames de la humanidad moderna. Tan solo en Estados Unidos se abortan un millón y medio de criaturas al año.

Se argumenta que la madre tiene derecho sobre su cuerpo. En realidad nadie tiene un dominio absoluto sobre su cuerpo o sobre si mismo. Si una mujer tuviera derecho absoluto sobre su cuerpo, podría salir desnuda a la calle o al trabajo sin ningún tapujo. Pero interviene en primer lugar el pudor moral y en segundo las leyes en contra de personas desnudas en la vía pública o los reglamentos interiores de trabajo que lo impiden en el sector privado. En el embarazo, el feto es una persona independiente de la madre. Ella puede tener ciertos derechos sobre su cuerpo, pero no tiene derechos sobre la vida humana que lleva en su seno. Es de interés común de la sociedad y un acto de derecho natural, la defensa de la vida intrauterina. Todos empezamos igual, dentro del vientre materno. Todos tenemos derecho a la vida. El aborto elimina la vida de un ser humano, no en potencia, no eventualmente, sino completamente humano y con todos los derechos de un humano desde el momento de la concepción. Por que eventualmente el producto de la concepción, si se deja solo, crecerá para convertirse en usted o yo, en una persona pensante.

El aborto es un acto de egoísmo. Se ha demostrado que 99 por ciento de los abortos son por motivos anticonceptivos, que nada tiene que ver con la salud de la madre. Simple y sencillamente la persona abortada resulto ser “inconveniente” para los planes futuros. Ya sea la jovencita que no quiere confrontar el resultado, la mujer que ya no quiere más hijos, ya sea por condiciones económicas o estéticas. El hecho es que estas personas, incluyendo a los varones padres, prefieren matar a la criatura en el seno materno, que confrontar la realidad de que su falta de dominio propio los llevo a una actividad sexual que no debería de haberse llevado a cabo. Las consecuencias morales del dominio propio y la abstención sexual son nulas. La consecuencia de la actividad sexual y el embarazo que termina en aborto, es el homicidio.

La elite global que expresa sus deseos y “valores” en los medios de comunicación, exige el aborto sin restricción y sin límites cuando sea deseado. Las feministas esgrimen el aborto como su “arma” contra la “dominación masculina”, usando a millones de criaturas asesinadas como mero programa político. Y sin embargo las mismas elites exigen la sexualisacion de nuestra juventud desde los años más tempranos. En realidad nadie tiene derechos que afecten la vida de terceros.

· La eutanasia: La publicidad del cine y la televisión siempre nos presenta con caracteres en completo uso de su función mental, que por alguna razón u otra caen en la desgracia de sufrir de alguna enfermedad o condición que los hace sufrir. Ya una parálisis, un cáncer u cualquier otra cosa. El protagonista siempre nos lleva, por medio del argumento dramático a simpatizar con su causa. Se nos presenta con una imagen falsa y compasiva de la eutanasia.

La realidad que es que la eutanasia es actualmente utilizada en la mayoría de los casos por familiares que ya no quieren cuidar a personas a su cargo. Por doctores que se elevan a nivel de dioses, cuando dictaminan que alguna persona ya no tiene una vida “útil”. O por personas que ya no quieren sufrir.

En el caso de ancianos y personas seriamente afectadas que no pueden cuidarse a si mismas, es un elemento básico de humanidad el cuidarlos y proporcionarles lo que necesitan para continuar su vida. Ver la vida desde un sentido meramente “utilitario” es rebajarnos al nivel de monstruos como las nazis. Es nuestro deber el cuidar de los que no lo pueden hacer ellos mismos. Es el deber de las instituciones familiares y del estado respetar esas vidas y cuidarlas cuando así lo requieren. Aquellos que tienen las facultades, deben de velar por los que no las tienen. Los ancianos ya nos dieron sus vidas, su cuidado cuando eran nuestros padres o abuelos; ya produjeron muchos años de trabajo, contribuyendo a la sociedad. En su vejez es un deber de justicia velar por ellos y no desecharlos como objetos que ya no sirven. A los que aun cuando jóvenes o adultos, quedan desvalidos y sin manera de cuidarse a si mismo, es nuestra responsabilidad social como humanos guardar sus vidas. A los infantes con defectos mentales o físicos, a todos ellos, debemos nuestra lealtad y solidaridad humana. SOLO DIOS TIENE EL DERECHO DE ELEGIR A QUE HORA LA VIDA CESA. NO LE TOCA AL ESTADO, NI A LOS ABOGADOS, NI A LOS DOCTORES, INCLUSIVE NI SIQUIERA A LOS FAMILIARES. SOLO DIOS.

Nuestras sociedades, sobre todo las súper-desarrolladas como Estados Unidos, Europa y algunos países del Oriente, están obsesionadas con la juventud. El cine, la TV, las revistas nos presentan como modelos de belleza a jóvenes y adultos dotados de atributos. Nuestra música, nuestro entretenimiento, la moda, todo gira sobre lo joven y lo bello. Nuestro hedonismo contemporáneo no acepta el dolor o el sufrimiento como parte del aprendizaje moral de las personas. Por lo tanto si alguien es percibido como que no tiene “calidad de vida” se le condena inmediatamente a la muerte. Llegar a viejo, tener canas y acumular sabiduría, que eran atributos respetados por casi todas las civilizaciones, ahora es visto como una maldición que debe de evitarse a toda costa. Por lo tanto, al “defectuoso”, al viejo, al indefenso, al que sufre, se le quiere eliminar.

Cristo nos enseño con su ejemplo que el dolor y el sufrimiento tienen un lugar redentivo. Claro que nadie busca el dolor o el sufrimiento, pero son dos factores inevitables de la vida humana. Somos vasos frágiles que se quiebran fácilmente. Nuestros cuerpos se enferman, se accidentan, envejecen, pierden facultades físicas, y al final de cuentas morimos. Pero la filosofía hedonista que huye y teme al sufrimiento, no considera que no somos materia solamente, sino espíritu. El cuerpo se deteriora, sufre y muere, pero el alma pervive eternamente. Cristo y su Iglesia nos enseñan que esta vida terrenal es tan solo una breve transición a lo eterno. Los sufrimientos de este mundo no son el final, sino tan solo la preparación. El ofrecimiento de nuestros sufrimientos como preparación espiritual y la conciencia de que los que ahí suframos en tan solo una cosa breve comparado con la eternidad que nos espera, hacen mas llevadera la fragilidad humana.

· La sexualidad: La revolución sexual de los años 60 ha triunfado. Ni el SIDA, ni otras enfermedades venéreas han logrado disminuir la revolución. Las elites de nuestro día, sobre todo dentro de los círculos artísticos y del entretenimiento, piden, claman, exigen la total y completa libertad sexual, a cualquier edad, en cualquier momento, sobre cualquier otra consideración. En el cine y la televisión, el adulterio (actividad sexual entre casados), la fornicacion (actividad sexual entre los no casados), las perversiones homosexuales-lesbianas, son pasto que consumimos todos los días. Desgraciadamente nuestros hijos e hijas, nosotros mismos, nos hemos desensibilizado a las dosis diarias de perversión y pecado, junto a la violencia, que nos da la televisión. Las series mas populares como “Los Sopranos” “Sexo en la Ciudad” “6 Pies Bajo Tierra”, en inclusive programas como “CSI”, “Ley y Orden”, promueven de una manera casual y cotidiana, todo tipo de perversión sexual. No se diga de los programas de entretenimiento en México, en donde las mujeres son rebajadas a objetos sexuales y el destape ya llega a niveles pornográficos.

A los jóvenes (la juventud, esa condición pasajera que se cura en unos veinticinco años) se les alimenta en la escuela, en los medios masivos, en los lugares de entretenimiento, con dosis toxicas de sexualidad irresponsable. Para los jóvenes nacidos desde los años setenta en México, la promiscuidad sexual es lo más común. Se les proporcionan condones y otros medios anticonceptivos de la manera más casual. Se les alienta a “expresarse” a estar “en acuerdo con su sexualidad”. Quizás para los jóvenes la música sea el conducto mas ampliamente usado. La música los mantiene “en onda”, la música los une a sus contemporáneos, la danza los ayuda a “expresarse”. Consumen música las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. ¿Y cual música escuchan? La música popular de hoy, sin importar el genero, ya sea rock, rap, ranchera, cumbias, tropical, etc., toda tiene el mismo mensaje; la sexualidad irrestringida, “hazme el amor” “me gustas mucho” “úsame” llegando a vulgaridades verdaderamente espantosas del rap, ya sea en su modalidad americana o latina. Esta música rap es un verdadero drenaje de basura, en donde se le da expresión al animalismo mas bajo. La violación, la violencia, el asesinato, son el genero común de esta bazofia, acompañados de un violento ritmo primitivista que no requiere del mínimo talento, que valor puede tener una letra que pide que “se le ponga la gasolina”.

Dios nos creo como seres sexuales. Pero Dios en su sabiduría, determino que la única expresión valida de la sexualidad es el matrimonio. Su juicio sobre ello es definitivo y sin alternativas. Solamente una pareja, hombre y mujer, unidos en el matrimonio pueden expresar su sexualidad, siempre unida al amor conyugal, al respeto y dentro de la expectativa de la vida. Nuestro aparato reproductivo fue creado por Dios precisamente para la reproducción, no para nuestro entretenimiento. Las sociedades que rompen con la cordura moral de la sexualidad están condenadas al declive, la violencia, la alineación y la ruina tanto espiritual como física.

· El relativismo moral y religioso. Las elites del mundo de los medios masivos de comunicación, odian la religión cristiana y sobre todo a la católica. Su perspectiva les hace rechazar inmediatamente cualquier declaración de absolutos morales. En la mayoría de los casos y sobre todo, en cuestiones de moralidad sexual. Es de alguna manera, que el disoluto quiera justificar su perversión por medio de la perversión general de todo. Si no puede ser “normal” y obedecer las leyes permanentes de un Dios, entonces en vez de corregir su comportamiento, intentara corromper el comportamiento de los demás para conformarlo al de el.

Claro que la bandera del nuevo movimiento es la “tolerancia” o sea la tolerancia de sus prioridades e ideas. En cuanto tolerancia para los cristianos y los católicos, ahí si que no llega. Gritan que los que creen les quieren “imponer sus ideas”, pero ellos mismos son altamente impositivos e intolerantes de cualquiera que no comparte sus ideas. Ellos dicen “la tolerancia debe de ser completa” y al hacer este acertamiento, se contradicen, ya que están proponiendo un pensamiento absoluto.

En realidad la Gran Estrategia quiere cualquier expresión religiosa en el Dios de la Biblia y en Cristo, desterrada completamente si no comparte las prioridades que hemos mencionando aquí. También encontraran personas, sacerdotes, ministros que les hagan el juego. Mientras la religión acepte la sexualidad, la homosexualidad, el aborto, el relativismo, entonces todo esta bien. Es obvio que un cristianismo que acepte todo esto deja de tener cualquier significado y se niega a si mismo.

El relativismo moral es la religión de nuestros días. Sus sacerdotes son los intelectuales, su doctrina esta en los libros de texto y en los programas políticos. Esta religión falsa es la elegida por los medios de comunicación como la cual es digna de alabanza y culto.

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